Wednesday, November 08, 2006

Quijotes sin Zancho

En su cabeza calva
se dibujaba la luna.
Y en sus ojos de aceituna
se bañaban las estrellas.

Sus manos grandes y fuertes
delineaban el cariño,
y su sonrisa de niño
conjuraba primaveras.

Yo quisiera ser el viento que te mece
trastocando las noches en días.
Y prender faros de alegrías
donde todo es silencio y tinieblas.

Si tan sólo el destino
no apostara a los arrebatos...
desearía tenerte un rato para empapar de filosofía
ora tu mano y la mía
ora consagrar el emporio del minuto.

Que al haberte conocido
todo tiene sentido.
Aunque de pronto hayas partido
en la eternidad de un segundo.

Porque pude ver el mundo
con la luz de tu mirada...
y era tu espalda la fatigada
tarea de soportar a tus amigos.

Fugaz sonrisa de siempre en el alma instalada
disparando flores y palabras bonitas,
pintando el mundo de colores...
con la bandera de la bondad como único estandarte.

Desplegando sueños, política y rimas
hoy, tus acuarelas te extrañan.
Como se añoran tus consejos y mañas
adormecidos en el vino de los héroes
y la polvareda de los libros.

Corridas de sangre
que te arrebatan de mis brazos
son el testamento de la sinrazón y el sinsentido.
Fueron, acaso, los presentimientos indescifrables de tu conciencia
la aceptación tácita de los designios de un futuro falto de futuro.

Borbotones carmesí desparramados por una autopista
de golpe se frenó el tiempo y nos quedamos mudos.
Pulularon Quijotes sin Zancho.
Lloraron los ángeles y gritó la Tierra su sed eterna
de amatistas de tu cuerpo acurrucadas en el asfalto.

Un largo viaje en el camino de la ausencia... susurraste.
No nos pediste permiso porque eras del viento.
Éramos compañeros de ruta, de la vida, de momento.
Ahora sólo me queda atrapar tus halos...

Y como un pájaro ciego
perseguir tu aroma.
Cuando en el eclipse de un ruego
donde una estrella asoma
enciendas el mundo con la chispa adecuada.

Ahora que ya no sé si eres
hombre con piel de ángel
o ángel con piel de hombre.
Ahora que ya no sé, acaso, si eres...

Cierro mis ojos para zambullirme
en el sol profundo de tu risa grave,
y así secuestrar la llave
de tu presencia eterna.

Porque fuimos lo que ya no somos,
y espero, seremos lo que hemos sido:
cuando final del camino vivido,
al llegar el fin de mis días,
encuentre el principio florido
del mar cálido de tus abrazos.

1 comment:

Anonymous said...

dale nenita! quiero más blog por favor